Antecedentes
Un importante fabricante de transmisiones y componentes de chasis se enfrentaba a la competencia mundial y a las crecientes expectativas de calidad de sus clientes, por un lado, y a regulaciones medioambientales cada vez más estrictas y costes de eliminación altísimos, por el otro. Los productos del fabricante, que se utilizan en una gran variedad de vehículos, como camiones, todoterreno, trenes, barcos y helicópteros, contienen piezas de alta precisión que deben mantenerse escrupulosamente limpias durante las operaciones de fabricación y montaje.
Eso requiere sistemas de lavado de última generación en varias etapas durante el proceso de fabricación para eliminar los residuos del mecanizado, los fluidos de corte y otros contaminantes.
Todas estas operaciones de limpieza generan grandes cantidades de líquidos de lavado que deben descontaminarse y reutilizarse, o eliminarse de manera responsable con el medio ambiente, lo que deja al fabricante con lo que parece ser una elección entre economía y ecología.
Desafío
El desafío era encontrar una solución que satisfaga tanto la necesidad de reducir costos operativos como la necesidad de operar de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente. El fabricante ya estaba utilizando un sistema de filtración para limpiar sus líquidos de lavado, pero la tecnología de ese sistema heredado no estaba a la altura de los requisitos actuales.
Solución
Trabajamos con el cliente para reemplazar su sistema heredado con tecnología actualizada para poder limpiar los fluidos de manera más efectiva, lo que permitió reutilizar los fluidos muchas más veces de lo que permitía el sistema anterior. El sistema también retiene los contaminantes de manera más efectiva en los medios de filtración para reducir el impacto medioambiental de su eliminación.
La solución que le suministramos se divide en dos etapas:
En la primera etapa, los contaminantes crudos, aceitosos y sucios se aíslan con un separador de aceite por gravedad. A continuación, el fluido remanente se vuelve a limpiar en un filtro de bolsa fina y, si es necesario, se absorbe en una operación adicional cualquier resto de residuos aceitosos o micropartículas.
Nuestros ingenieros trabajaron con el cliente para encontrar los elementos filtrantes más eficientes para el sistema. Basado en pruebas prácticas, el cliente reemplazó sus bolsas filtrantes usadas anteriormente por el elemento filtrante HAYFLOW Q, con imanes y deflectores en los filtros de bolsa TOPLINE.
Los elementos filtrantes HAYFLOW Q se insertan en los filtros de bolsa TOPLINE, los cuales constan de una entrada lateral y salida inferior.
Esto produce un espacio libre mínimo de líquido sin filtrar para poder cambiar fácilmente la bolsa mientras se proporciona un sellado óptimo.
Por otro lado, también le ofrecimos al cliente una alternativa de sistema basada en cartuchos LOFPLEAT HF que utilizan medios plisados para proporcionar un área de superficie total superior que permite que un cartucho reemplace varios elementos estándar. Este sistema utiliza una ruta de flujo de «dentro hacia afuera» para lograr una mayor capacidad de retención de partículas mientras conserva las características de cambios rápidos y fáciles típicas de los sistemas de filtración con cartucho.
Tras el análisis y prueba de los dos sistemas, el cliente optó por quedarse con los filtros tipo bolsa ya que su personal tenía una amplia experiencia con esa tecnología.
Resultados
El nuevo sistema de filtración del cliente ha tenido un impacto positivo en la calidad al proporcionar fluidos más limpios para los diversos procesos de lavado de piezas utilizados en sus operaciones de producción. La filtración de alta eficiencia también ha reducido la cantidad de fluido que se debe comprar anualmente al aumentar significativamente la cantidad de veces que cada lote de fluido se puede reciclar a través del sistema.
Además, los ciclos de trabajo más largos significan que se desecha menos líquido. Eso, junto con la retención más eficiente de contaminantes lograda por las bolsas filtrantes HAYFLOW Q, significa que el impacto medioambiental del cliente se minimiza al mismo tiempo que mejora su rentabilidad y competitividad.
Es una clara demostración del hecho de que, con la elección correcta de tecnologías de filtración, la economía y la ecología no tienen porqué estar reñidas