La filtración vinícola es clave para lograr un producto más limpio, duradero y puro que conserve todo su sabor, aroma y color. Con un correcto proceso de filtración se garantiza un vino de calidad que no representa un riesgo para la salud del consumidor.
El filtrado del vino consiste en separar los microorganismos de los residuos de las uvas, entre los cuales se cuentan hongos e incluso sustancias químicas. El objetivo es conseguir una bebida que garantice pureza y seguridad para la salud de cada consumidor, y que además no pierda sus cualidades y nutrientes.
Retos en la Filtración del Vino
El proceso de filtración vino tiene una complejidad que varía en función del método. Entre ellos resaltan el filtro de placas para vino, el centrifugado y también los filtros de tierra con diatomeas. La elección se debe considerar de acuerdo al grado de impureza que presente el vino.
La filtración en alimentación y bebida consiste en el desarrollo de tres fases que garantizan como resultado un producto libre de residuos. La primera es la prefiltración, en la cual se eliminan las partículas más grandes y que puede requerirse según el tipo de filtro empleado. La segunda es la llamada filtración de afinado, en la cual se procede a separar los microcristales de la bebida.
La tercera fase es la de la esterilización, que consiste en eliminar las bacterias y hongos del vino antes de embotellarlo. Para esto son necesarios los filtros para vino de porosidad más fina. La clave es contar con gran experiencia en el tema para saber elegir el filtro adecuado, manejar cada método y contar con equipos de alta calidad.
El resultado es un vino clarificado, de aspecto uniforme, limpio y con las mejores condiciones higiénicas que el consumidor podrá degustar sin riesgo de enfermedades bacterianas. Todo esto se logra mediante un proceso muy complejo y riguroso y productos de calidad como el Beco Integra Plate, placas filtrantes y cartuchos filtrantes.
La Solución de Filtración – Impacto y resultados en la calidad del vino
La filtración vino juega un papel fundamental en la calidad del producto, así como en su higienización. Es una técnica totalmente inocua que no implica el uso de productos químicos que alteren y/o reduzcan las propiedades organolépticas del vino.
Los avances alcanzados en cuanto a las herramientas para procesar el vino influyen sobremanera en la optimización del producto. La calidad del resultado final depende inherentemente de la calidad y la eficiencia de los filtros para vino, como la Placa/Disco Filtrante Becopad. Por ello es que su mantenimiento y limpieza asegurará una correcta purificación del vino.
Sin embargo, esta técnica aún es muy cuestionada. La importancia de su uso es relativa, ya que hay enólogos que están a favor de ella, pero otros prefieren no emplearla. Esto puede variar según las preferencias sobre el vino: hay quienes lo prefieren sin impurezas, otros eligen el vino sin refinar.
Las razones, principalmente, son higiénicas y, como dijimos anteriormente, no interfieren con los efectos que el vino produce en los sentidos. El sabor y aroma pueden ser tan agradables e incluso mejores que antes de ser filtrado. Es un trabajo que depende del conocimiento y la elección del mejor material.